En estos momentos estamos traspuestos por dos
series que tratan sobre Sherlock Holmes, pero desde diferentes visiones.
Sherlock de la BBC por un lado más compleja en producción y un poco más débil
en argumento - lo que puede ser fácilmente una ilusión por la corta duración de
las temporadas- y por otro lado Elementary de la CBS que tiene
menos producción técnica, pero que
presenta una historia mucho más turbia que tardará más en desarrollarse, esto
último por la típica interfaz de las series gringas que sirve para alargar las
temporadas y darles más plasticidad. Esto, sumado a la popularidad de las
películas de Sherlock Holmes del
director Guy Ritchie se ha hecho que
Sherlock Holmes se haya metido en este mundillo y nos ha empapado con la
genialidad del personaje del gran Mister Doyle.
Sin embargo, no quiero hablar sobre
las películas ni las series de Sherlock, quiero hablar del efecto que éstas tienen en la gente que
las ve. Esto surge de la conversación con un buen amigo quien luego de haber
visto la serie de la BBC me dijo que sin ver Elementary - y viendo sólo el tráiler - me podía decir con total efectividad que ésta
tenía un mal guión. Por lo cual no la vería.
Mi amigo estaba siendo realmente
arrogante. Un poder de inducción tal
solamente sería posible en el gran Holmes. El poder llevar lo particular
a lo general con tal elegancia y sofisticación no es un don de los simples
mortales. Lo que me llevó a pensar ¿de dónde viene tal arrogancia y fatuidad?
Mi respuesta a la pregunta es El
Complejo de Holmes (patente pendiente).
Este complejo es padecido por la gente que ve a Sherlock Holmes en
cualquiera de sus modalidades y queda tan atrapado en la genialidad del
personaje que desean tenerla. Por lo que se empieza a practicar el método de la
deducción, llamado así por el propio Sherlock.
El complejo es también aplicable a
los médicos y trabajadores de la salud que luego de ver House pretendían encontrar lupus en cada uno de sus pacientes
con la misma genialidad del médico del Princeton, y cabe recalcar en este punto
que House obviamente está inspirado en Sherlock, como muchos otros personajes,
al final estos compadres empiezan a ver cebras en todos lados.
Los que padecen el Complejo de
Sherlock se dejan llevar por la magia de las deducciones. Observan de manera
casi psicótica a las personas en las filas de los bancos, en las micros, en los
supermercados, y tratan de adivinar la mayor cantidad de datos posibles: en
donde trabajan por los zapatos, si están divorciados por la marca del anillo,
si han tenido sexo por la forma de caminar, si esa mujer en realidad es hombre
por la manzana de Adán, entre otras cosas.
Lo malo de estas deducciones es que
[casi] nunca se puede saber si son correctas o incorrectas, ya que es un poco
complicado acercarse a una persona y decirle que trabaja en la construcción
porque tiene puestos zapatos de seguridad y por las marcas de concreto seco en
la basta de su pantalón; o que está casado pero que lleva el anillo colgando en
el cuello porque el trabajo manual le ha hinchado los dedos y ya no es de tu
talla y también porque se ve una cadena de metal gruesa por el costado de la
camisa. No hay que ser un genio de la deducción para acertar que las
probabilidades de recibir un combo directamente en el hocico son muy altas si
uno anda así por la vida.
Gracias al instinto natural de uno a
evitar la mayor cantidad de combos en lo’cico uno se queda callado y sólo se
queda con la ilusión de haber acertado y decirnos a nosotros mismos que tenemos
razón. Creemos que tenemos las mismas capacidades de Sherlock Holmes de deducir
la vida de la gente por sus apariencias. Un prejuicio para nada peyorativo
dañino, un prejuicio sin juicio de valor, tenemos esta percepción de la gente
por cuestiones fácticas, no valóricas ni morales. Esta es una genialidad si se
compara con el prejuicio malintencionado e ignorante en el que caemos más
seguido de lo que creemos.
En tanto a la identificación de las
víctimas de este complejo no creo que sea muy difícil identificarlas. Si de una
capacidad de deducción extraordinaria es de la que se trata, es cosa de que
ellos mismos se auto-diagnostiquen. Yo me miré al espejo una vez y pude
descubrir el complejo de punta a cabo.
Recuerdo que algo similar pasó cuando llegó a Chile la serie "Lie to Me", andaba todo el mundo intentando leer las expresiones faciales a fin de saber las reales intenciones de las otras personas. Pero, al final, creo que existe tanta variación cultural e interpersonal que la aplicación de este tipo de "técnicas" no es factible si solo ves a las personas por primera vez y durante un corto período de tiempo.
ResponderEliminarA todo lo que dices, joven Nicolás, solo puedo responder:
ResponderEliminar"Elemental, mi querido Parra"
Ahora siento curiosidad por ver esas series, maldito nicolás (:
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