En el
presente, veo guaguas por todos lados, en los comentarios de mis amigos, y por
millones en las redes sociales. Esta avalancha de bebés me ha hecho pensar un
poco y empezar a darme cuenta de un fenómeno muy peculiar, y es que la
reproducción es un tema, y ha sido conversado desde que Piñera habló del bono
por hijo en su deleznable discurso del 21 de mayo.
Aunque en la TV se habla de la poca
educación sexual que se recibe en los colegios, y aunque es empíricamente
comprobable que hay varios embarazos en la enseñanza media, las estadísticas
muestran que están naciendo menos niños (1), tan raro como suena pero es
verdad. Y tras pensar un poco tampoco parece tan extraño, esto fue lo que me
hizo ponerme a pensar y observar mis amistades.
Si
tomamos en cuenta los dos últimos párrafos tenemos dos hechos, el primero es
que hay muchas guaguas a la vista y lo otro es que están naciendo menos niños.
Este curioso fenómeno lo denomino, el hijo indirecto.
El Hijo Indirecto
La mayoría de mis amigos están
saliendo a la vida laboral, y con esta salida vienen necesidades, el paso a la
adultez real va cargado de simbolismo:, dinero, responsabilidades, tarjetas de
crédito, isapres, aefepés, planes costo cero, seguros de vida, cotizaciones, créditos
de consumo, familia, vida en pareja, arriendos e hijos, la reproducción que
animalmente deseamos. Si nos detenemos en lo último y lo llevamos a un plano
biológico, la mujer desde la menarquía que está físicamente preparada para
generar otro ser humano, y si tenemos en cuenta los cambios hormonales que
significa, no sería extraño que la mujer de manera inconsciente (o consciente)
esté predispuesta a la actividad materna.
Sin embargo los métodos
anticonceptivos y la opción personal de postergar la maternidad hacen que este
deseo de reproducción que transforme en un deseo sexual, el cual puede ser
satisfecho a mansalva sin la necesidad y preocupación del embarazo, lo que en
estas instancias de posterga tanto como se desee, y así se pueden priorizar
otras cosas, como carreras, viajes, proyectos, libertad, etc., no se mira en
menos la actividad materna, sino que se pone en manifiesto las razones por las
cuales se posterga.
Es algo propio de nuestros tiempos
ver este tipo de conductas, el hijo se ve lejano, al final del túnel,
deberíamos ser conscientes de nuestros tiempos y cambiar de una vez el dicho
aquel que reza que hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.
Este dicho no representa a la persona actual, el dicho actual diría algo como:
Hay que escribir un par de libros, plantar muchos árboles, viajar lo más
posible, conocer mucha gente, y practicar lo más posible antes de hacer un hijo
(ya que la práctica hace al maestro, como dicen por ahí).
Sin embargo no podemos
vanagloriarnos tanto de nuestra condición humana y pensar que dejamos atrás
nuestra animalidad, ya que el deseo de tener un hijo siempre está ahí, la única
diferencia es que ahora somos lo suficientemente inteligentes como para suplir
esa necesidad de otra manera, y esta manera es obviamente tener un hijo
indirecto.
El hijo indirecto como muchos pueden
pensar, no es una mascota a la que se
trata como tal, soy de mente abierta y me
gustan las mascotas, pero no es a lo que me refiero. Un hijo indirecto es el
hijo de algún cercano al cual se trata como hijo propio, pero sólo en sus
buenos aspectos, explico.
La cría humana es completamente
débil en relación a otras crías mamíferas, por lo cual es menester cuidarla
completamente hasta que alcance un poco de autonomía, lo que por lo general es
desde el día 1 hasta los 18-40 años, efectivamente hay de todo en esta vida.
Los primeros años son los más difíciles, pañales, pecho, despertar a las tantas
de la mañana, que se enferman, que lloran, que vomitan y un largo etc., ¿no sería maravilloso poder
disfrutar a un bebé pero que otra persona tuviera que cambiar pañales y
desvelarse por sus llantos? Magnífica solución para que tanto mujeres como
hombres sacien sus deseos maternos, con toda la practicidad que sólo un
psicópata podría tener, millones son los que hoy por hoy disfrutan de sobrinos,
conchitos de la familia, hijos de amigos, gastan importantes sumas de dinero en
fechas como hoy y pueden irse a sus hogares para prepararse para salir de viaje
y no volver en un par de meses, o disfrutar de una reconfortante noche de sueño
sin la necesidad de estar pendiente de un bebé.
El hijo indirecto viene a ser en
estos días la opción de paternidad de muchos, ya podemos suplir una necesidad
real, no se trata de usar al bebé, el cariño es real y sincero, pero para los
no quieren esa responsabilidad es una buena forma de acercarse al proceso.
Puede que sea esta la razón por la
que están naciendo menos hijos, estamos postergando la paternidad para cuando
sintamos que hemos todo lo que teníamos que hacer, pero en el intertanto nos
aprovechamos de los bebés presentes en nuestros círculos, y por un momento se
transforman en nuestros hijos, nuestros hijos indirectos.
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(1)http://diario.latercera.com/2013/04/03/01/contenido/pais/31-133570-9-la-radiografia-de-un-chile-que-envejece-y-evidencia-una-transicion-cultural.shtml
interesante lo que planteas respecto a los hijos indirectos, pero no cambio por nada del mundo ser madre :) postergar la maternidad o paternidad es solo un acto egoísta, pues solo se piensa en el bienestar propio y en lo que "yo" quiero realizar. Eso de ser animalista, vegetariano, plantar arboles, adoptar muchos perritos, ser padre indirecto y creerse el ser mas bueno con el mundo son patrañas, las personas que realmente son pulentas son los papas que se despiertan a la hora que sea por sus hijos, los que cambian pañales cagaos, aguantan llantos y pataletas, y que saben que la mejor recompensa será la risa estrepitosa (en mi caos) de su enano. Que nazcan mas hijos, que nazcan mas papás de verdad, que nazcan mas gente entregada, esforzada y comprometida con el otro :)
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